martes, 17 de noviembre de 2009

EL CAMBIO

Me acuesto nervioso y un bum de recuerdos y emociones vienen a mi mente. Duermo agitado y, al despertarme, estoy sudoroso. Hoy es el día que llevo esperando con impaciencia desde hace tiempo, el comienzo del curso, pero eso no es lo que me emociona ya que llevo once años haciéndolo, hoy es en un nuevo centro y me intriga saber como serán mis nuevos compañeros, los profesores y hasta el propio recinto escolar, que no conozco.
Echo la vista atrás, a cuando quiero cambiarme y mis padres no me dejan, al disgusto de mis compañeros y seguro que de mis profesores, pero no dejaré que se empañe éste día.
Me levanto y nervioso tropiezo con todo. En el desayuno, mi mente vuelve al colegio con añoranza y veo sus clases y pasillos por donde he reído y llorado tanto, mi primer día de clase con tres años, el patio y los juegos, a la directora sermoneándome que no me aparte del camino por el que ellas me han guiado y a mis compañeros otra vez, mis queridos y fieles amigos que allí se quedan.
Pero yo estoy contento, yo lo he querido, así que me preparo corriendo y, muy muy excitado, salgo de casa.